Se cumplen cuatro años del accidente del ex piloto de la Fórmula 1 Romain Grosjean en el GP de Bahrein de 2020, donde se considera que el francés “volvió a nacer” y adoptó el apodo de “Phoenix”, como el Ave que renace de sus cenizas. Como todos los años desde aquel milagro, el nacido en Suiza, pero nacionalizado francés, compartió en sus redes sociales una serie de fotos a modo de recuerdo del espeluznante choque que supo paralizar al mundo del automovilismo.
El ex compañero de Agustín Canapino en Juncos Hollinger Racing este año en la IndyCar sigue siendo recordado por lo que, un año después de estar cerca de la muerte, creyó que lo haría: “No gané una carrera, no gané un campeonato, pero tendré un legado para siempre en la Fórmula 1: soy el hombre que escapó de las llamas”.
Lo que queda del vehículo que conducía bajo la escudería Haas forma parte de la F1 Exhibition, muestra que se realizó el año pasado en Madrid y que, actualmente, se puede visitar hasta el 2 de marzo de 2025 en Londres.
"La celda de supervivencia está ahí para ti en caso de un gran impacto. Yo estaba intacto dentro del cockpit. El chasis sigue de una pieza, el Halo está ahí y aparte de los daños y las quemaduras, sigue como debería. Supongo que eso me salvó la vida", reflexionó el piloto al asistir a la exhibición y ver su monoplaza calcinado.
Aquel 29 de noviembre, Grosjean arrancó la carrera con un toque con el Alpha Tauri del ruso Daniil Kvyat. Como consecuencia, chocó contra el guardarraíl y esta barrera condenó al monoplaza a partirse a la mitad y posteriormente prenderse fuego.
En términos concisos, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) se encargó de explicar a través de un informe lo sucedido: “El tanque de combustible se desprendió en el lado izquierdo del chasis y la conexión de suministro de combustible del motor se rompió de la ‘vejiga de seguridad’. Ambos elementos proporcionaron vías primarias para el escape de combustible del tanque".
Según el informe mencionado de la FIA, el milagroso accidente fue de 67 Fuerzas G. “El coche de Romain Grosjean impactó el guardarrail detrás del área de seguridad a una velocidad de 192 km/h y en un ángulo de 29 grados, con un desvío estimado de 22 grados en la dirección de viaje y una fuerza máxima resultante equivalente a 67 Fuerzas G”, se expresó en el comunicado.
Pero el accidente excedió lo teórico y, en lo práctico, el piloto hizo lo que la naturaleza suele obligar al hombre a hacer; luchar por sobrevivir. El francés estuvo 28 segundos dentro del vehículo mientras este se calcinaba en casi su totalidad. El panorama desde afuera era una sumatoria de pánico. Lo que ocurrió fuera del monoplaza, y lo que Grosjean pensó dentro, se dio a conocer a través de su propio testimonio en varias ocasiones.
Luego de la carrera que podría haber resultado fatal, el francés aseguró que pensó que moriría. “De inmediato, cuando el movimiento se detuvo y abrí los ojos, lo primero que hice fue desabrochar el cinturón de seguridad, intentar quitar la rueda y luego intentar saltar. Si tomo desde ese punto, fueron 28 segundos, pero para mí fue como un minuto 30", declaró.
Lo primero que pensó fue que debía esperar hasta que lo ayudaran, pero luego descifró que lo naranja que deslumbraba en el exterior era fuego y debía accionar. “¿Es la luz del circuito? -se preguntó- No. Entonces me di cuenta de que era fuego y supe que no tenía tiempo hasta que llegaran", remarcó.
En ese choque con la realidad, en la que el fuego era fuego y nada garantizaba que el fuego fuera a cesar, su razonamiento lo ayudó a encontrar la milagrosa forma de salir del Haas. Comparando el dramático momento que vivió con uno de los accidentes más impresionantes de la historia de la Fórmula 1, como lo fue el de Niki Lauda el 1 de agosto de 1976 en Nürburgring, confesó: “Pensé en Niki Lauda, juré que yo no iba a terminar así, era imposible, mi última carrera no puede ser así”.
“Todos mis músculos se relajan, y estaba casi en paz conmigo mismo, pensando: 'Estoy muerto. Moriré'. Y luego pensé: '¿Qué parte se va a quemar primero? ¿Es el pie? ¿Son las manos? ¿Va a ser doloroso?' Una sensación muy, muy extraña. A veces estamos cerca de la muerte, estamos un poco asustados. Esta vez, la muerte para mí estuvo aquí -dijo gesticulando delante de su cara-. Lo llamé Benoit, no me preguntes por qué. Solo tenía que ponerle un nombre", relató sobre cómo afrontó los momentos siguientes a sus repetitivos intentos por destrabar las salidas y escapar de aquel infierno.
Con sus hijos en mente, y con una maniobra simple, logró salvarse. "Y dije: 'No. No puedo morir hoy. Por mi niños, no puedo morir hoy'. Entonces empiezo a girar la cabeza, subo y giro mi cuerpo. Y funcionó", dijo Grosjean.
De forma heroica, el actual piloto de IndyCar caminó por el sendero libre de fuego que Ian Roberts, delegado médico de la FIA, y un bombero le habían proporcionado. La fortuna había estado de su lado y ninguna fatalidad iba a terminar azotando al GP de Bahrein de 2020. Desde que su silueta abandonó la escena del accidente y, mayormente sano y totalmente a salvo, apareció en la transmisión, los espectadores volvieron a respirar.
Siendo este uno de los accidentes más cercanos históricamente de los que paralizaron a los espectadores de la máxima categoría del automovilismo mundial, sorprende la brutalidad del hecho y como los avances tecnológicos tomaron un rol fundamental en el exitoso escape de Grosjean del fuego.
Es que el piloto, gracias a las medidas de seguridad que tenía el auto y el buzo antiflama, sólo sufrió quemaduras graves en sus manos, siendo la izquierda la más afectada. Seis semanas después del accidente, ya siendo 2021, por medio de su cuenta de Instagram, publicó una foto sin vendaje dejando a la luz los avances de su recuperación. "¡Mis manos están de vuelta y Petrus (su gato) no está descontento! No se ven bonitas, así que no deslice si no te gusta", colocó en la descripción.
Cuando abandonó la Fórmula 1, luego de 179 Grandes Premios y antes de debutar en la IndyCar con la escudería Dale Coyne Racing, Romain cerró su experiencia con el siguiente testimonio: “Me entristece dejar la F1, pero no me arrepiento de nada. Creo que ahora mi vida será mucho más hermosa. Cuando pasas por algo como esto es volver a nacer. Ver a mis padres, esposa e hijos bajo todo ese estrés si choco de nuevo, no creo poder soportarlo. Durante 2 minutos y 43 segundos estuve muerto para ellos”.